El otoño es una de las épocas más espectaculares en Finlandia. Los árboles se tiñen de rojo y amarillo y, sobre todo en Laponia, es uno de los mejores momentos para los amantes del senderismo.
Pero además de los colores del ruska, si hay algo típico en el otoño finlandés es ir a buscar bayas y setasal bosque. Muchas son las abuelitas -y no sólo abuelitas- que aprovechan esta época para pasear por el bosque en busca de deliciosos frutos.
Del bosque al tarro: bayas
Entre las variedades que se pueden encontrar por los bosques finlandeses, los arándanos, las fresas silvestres, la lakka, el espino amarillo o las grosellas son muy habituales.
A diferencia de otros lugares, las bayas en Finlandia son fundamentales en su cocina. Las encontrarás no solo convertidas en mermelada sino también acompañando platos como la carne de reno, junto a la mustamakkara de Tampere, con un curioso queso llamado leipäjusto, o bien como aderezo de yougures o helados.
También hay varios bollos típicos como el kiiseli que llevan bayas entre sus ingredientes.
En Finlandia también hay setas
Desde finales de verano, las setas abundan en los bosques. Los más famosos son sin duda los chantarella o kantarelli en finés. De color amarillo, están muy buenos en un revuelto o para acompañar otros platos.
Una estación para vivir del bosque
Como los osos, los humanos han usado tradicionalmente las épocas de buen tiempo para prepararse para el duro invierno del norte.
Recoger bayas y setas y almacenarlas en mermeladas o secándolas es hoy en día una tradición, pero fue todo un ejercicio de supervivencia de los antepasados finlandeses.