De acuerdo, son solo teléfonos. Pero en Finlandia, Nokia es mucho más que una marca o un fabricante. Además de haber sido una de las empresas más importantes a nivel internacional y de haber generado mucho trabajo, Nokia es todo un símbolo.
La reciente compra de Microsoft de la división móvil de Nokia es un negocio. Pero son muchas las personas que viven o han vivido en Finlandia y que han tenido algún tipo de nexo con la empresa. En mi caso, estuve trabajando mucho tiempo testeando el sistema operativo Symbian. Pero eso es otra historia.
Hoy os hablaré de mi primer Nokia.
Cómo nos conocimos
Era el año 2002. Sólo había tenido un par de móviles antes, Motorola creo recordar, y bastante malos. Llegué a Finlandia para estudiar y una de las primeras necesidades que tuve fue la de comprar un móvil.
Alguien me comentó que en las tiendas de telefonía solían vender modelos libres de segunda mano. Como mi idea era quedarme tres meses, pensé que sería perfecto.
Recuerdo cuando el señor Koistinen abrió el cajón. En otro sitio, hubiera pensado que eran móviles robados. Pero estábamos en Finlandia, así que no. Ahí estaba, entre modelos 3210 y 3410, mi futuro ladrillo NOKIA 1220. Él me miró, yo lo miré y, tras pagar cuarenta euros, nos fuimos a mi casa de Hervanta.
Siempre juntos
Después de probar todas sus melodías, me quedé con una con estilo entre circense y La Cucaracha. Otra cosa no, pero era imposible no oir el teléfono cuando sonaba.
Juntos fuimos a Estonia, Suecia, Laponia… En su memoria entraron los nombres de los primeros amigos finlandeses y extranjeros que hice. Otros nombres aparecían guardados después de noches largas y de recuerdos confusos…
No sé cuántas veces se cayó. En casa, por la calle, en el bar. Ese teléfono era irrompible, y así fue hasta que, en alguna mudanza arriba, desapareció. De mi bolsillo, no de mi corazón.
¿Dónde estarás ahora?
Pantallas táctiles, GPS, WhatsApp… hoy en día sería una anticualla. Aquel teléfono sólo servía para llamar y jugar a la serpiente. Pero qué bien se jugaba a la serpiente.
Que Microsoft compre Nokia, que le cambie el nombre a los móviles. Siempre nos quedarán el pueblo y las botas de agua.